Amargura a ceniza y agua

Entre 1956 y 1965 el Club Sport Cartaginés continúa su marcha en medio de una década que podríamos ubicar en dos partes, divididas por el impacto de otro duro designio de la Naturaleza.

Del 56 al 63 hay poco que decir en lo futbolístico, constituyendo este período años y campeonatos durante los cuales el equipo nunca despegó.

Merece la pena detenernos por un instante para observar la página de deportes del periódico La Nación, del 1 de abril de 1958, en la cual se plantea una situación que en adelante, habría de repetirse en diversas oportunidades y, que siempre vale la pena tomar en cuenta en procura de rectificar.

Dice así la crónica es uno de sus destacados y refiriéndose precisamente al pobre desempeño del equipo:

“La institución brumosa desgraciadamente se ha pasado los últimos meses probando cuanto jugador llega por su reducto”.

Pero todo no fue malo para el Cartaginés en esos años. Hubo también hechos de distinción histórica, como el debut de Leonel Hernández en la Primera División, el día 15 de abril de 1962 en el Estadio de Cartago, con triunfo local sobre Saprissa 2 goles a 1.

En la columna “Así lo Vimos”, del diario La Nación, a cargo del recodado Danilo Arias Madrigal, leemos lo siguiente en la página de deportes del martes 17 de abril, referente al desempeño de los jugadores de dicho encuentro:

“Leonel: Muy buen debut. El ex seleccionado juvenil fue una pesadilla para Giovanny Rodríguez y compañeros. Tiene grandes condiciones”.

Se le denominaría rápidamente “El Billarista del Fútbol”, por el dominio de balón, le elegancia y vistosidad de su juego, que durante 20 años entregó a la causa azul y blanco, la única camiseta que vistió hasta su retiro en 1977, además de la azul, blanco y rojo.

Leonel Hernández es considerado el segundo mejor jugador del Cartaginés en sus cien años de historia, únicamente superado por “Fello” Meza.

En los inicios de la década de los 60 figuran entre los jugadores más distinguidos del Cartaginés: Asdrúbal Meneses, Guido Cubero, Tarcisio Guillén, “Pelirrojo” Córdoba y “Gallego” Armijo, goleador nacional en el Campeonato de 1960 con 16 tantos.

Memorable es también el debut de otro eternamente grande” en la historia del CSC: Wally Vaughns Scout, en 1964.

Wally, quién igualmente tuvo toda su carrera como únicas camisetas, la del Cartaginés y la Selección Nacional, fue un imán de atracción en cuanto estadio jugó.

Dicese de él que cuando tomaba el balón la gente se levantaba para disfrutar sus desplazamientos, algo que le deparó aplausos y reconocimientos por doquier, hasta su retiro en 1978.

Más calamidades

La década que estamos repasando la dividen dos nuevos fenómenos naturales que dejaron una profusa marca en la historia de Cartago.

Se trata, por una parte, de las cenizas que desde el jueves 13 de marzo de 1963 oscurecieron los cielos y cubrieron los suelos de Cartago y parte del Valle Central, a partir del cráter del volcán Irazú.

Y cuando la gente comenzaba a dar gracias por la extinción del fenómeno, la fatalidad resurgió desde las aguas del Río Reventado, que el 9 de diciembre produjo una pavorosa inundación que causó la pérdida de vidas humanas, varios centenares de casas, pérdida de cultivos y la evacuación de varios miles de personas.

Unos y otros factores llevaron al Club a los límites de la quiebra en 1963, situación que logró solventarse gracias nuevamente a la abnegación de hombres como Rogelio Coto Monge y el Lic. Rafael Cordero.

En el año de 1965 Coto retornó a la Presidencia del Cartaginés, siendo éste el inicio del denominado equipo “Ballet Azul”, que ganó tanta fama y prestigio durante varios años.

El espectáculo y rendimiento que caracterizó al “Ballet Azul” llenaron las arcas del Cartaginés y alejó al Club de las “vacas flacas” de 1963.

Fue el equipo que hizo renacer la esperanza y la alegría en los aficionados, sumergidos en las angustias ocasionadas por el Iraza y el río Reventado, que no había forma de olvidar.Fue el locutor y ex director técnico, don Luis Cartín Paniagua, quien en 1965 popularizaba desde la radio al Cartaginés como el “Ballet Azul”, equipo que al finalizar el torneo fue tercero, pese a una primera vuelta en la que ocupó el último lugar.

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